Hoy, estamos con lo barato.
En el mismo centro de lima, luego de haber quitado mí sed con el emoliente (ver artículo más abajo), me nació……….. El haaambre.
Teniendo poca plata, por suerte en una esquina, me topé con una señora que tenía un puesto de humita dulce:
(más bien creo que era una canasta.)
No importa, solo hay dos cosas muy importantes:
- Primero, la humita, con su rico sabor a maíz y su dulzura, fue algo muy agradable para saciar mi hambre.
- Segundo, su precio increíblemente bajo, a solo 80 céntimos, sació mi bolsillo.
Cabe decir que a pesar de no saber en qué condiciones se hacen estás humitas y que el precio pueda asustar a algunos, la calidad del producto no hizo falta.
Una sola palabra: DELICIOSO.